CÁMBIAME (PARTE 3)

Pues resulta que llegamos a los estudios de Mediaset, que eran como un polígono de extrarradio. Llegué pidiendo comida y bebida como un prisionero de guerra. Yo, que llevaba un trolley con un modelito alternativo, resulta que al final lo paseé, porque al pasar el torno de seguridad, nos despojaron de todo objeto superfluo y guardaron nuestros móviles en un cajón con candado. Yo lo único que me pude llevar fue un par de compresas (que el primo de Teruel decidió presentarse de sopetón el día antes, para darle más emoción a la cosa). Nos pasaron a una sala donde estaban los demás concursantes para grabar los programas de esa semana (eramos unos diez o doce). Y ahí  estaba la mesa de catering….Cuando vi los bollos y las bebidas, se me saltaron las lágrimas y antes de presentarme en sociedad, me lancé como una posesa a por un donut y una botella de agua y ya, con mis necesidades primarias satisfechas, me presenté. Con las que más conversación entablé fue con una chica circense, un drag, una extra de Torrrente y una chica que quería ser personaje público a toda costa (dicho así puede parecer un poco esperpéntico, pero eran todos muy majos). Pues allí que estuvimos más de mediodía, como en una celda de aislamiento comunitario, oiga. Como sing sing pero versión edulcorada.  Cada uno contando sus vivencias, sus paranoias varias y sus porqués. Sobre las 3 de la tarde, vino mi redactor y me llevó con él para ensayar cronometro en mano, el rollo que iba a soltar en el minuto de pasarela movible en plan cortilandia. Vino el señor del micrófono a hurgarme en los refajos y colocarme el pinganillo, mientras yo reiteraba como una posesa en bucle espasmódico o síndrome de tourette, que el sombrero me lo quería dejar puesto (no había yo cargado con él todo el camino, para que ahora me dejaran sin la prenda estrella del estilismo) Después de unos cuantos: «Genial» y «perfecto» del redactor más optimista around de world, me colocaron en la marca de salida, esperando que se abrieran las puertas correderas. Oye, que me sentía yo como un gladiador con canotier… Cóño, como que me tuve que resetear de prisa y corriendo, para no entrar diciendo: «me llamo Máximo Décimo Meridio…». En fin, que empezó a salir una humareda blanca en plan vídeo ochentero de Michael Jackson y vi que me movía sin andar  y al final, atisbe  tres figuras sentadas en tronos que me miraban fijamente esperando que yo abriera la boca y emitiera algún sonido. ¡Ay, Señor! ¿Ya ha llegado el juicio final y yo sin enterarme?

Para todos aquellos que quieran ver el minuto de gloria, ahí os dejo el enlace:

http://www.telecinco.es/cambiame/Cambiame-completo_2_2427630058.html

Besos, Petra

P.S. Si os gusta esta sudadera tan molona, la voy a poner a la venta en Chicfy. (usuario Petra37)

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