La diseñadora Gemma Melé es de nacimiento catalana, pero de adopción malagueña, ya que lleva viviendo esta ciudad y trabajando en ella desde el año 1987. Aquí se siente como en casa. Ella, como persona, es una autentica delicia. Educada, modesta y siempre dispuesta a tender una mano. De hecho, siempre está la primera para las causas filantrópicas.
Sobre la colección presentada en esta edición de la pasarela Larios diré que su nombre es «alma», y alma precisamente es lo que se ve. Con marcada inspiración en nuestras raíces de piel de toro, el blanco cobró un protagonismo que me gustó ya que es un color «cuasi» relegado a las novias pero que poco a poco va ganando terreno en eventos de noche y alfombras rojas. Ricos tejidos como el raso y el encaje se dieron cita junto a detalles en piel. Hubo gran variedad de colores pero optando siempre por tonos oscuros inherentes a la estación: azul noche, vino tinto o rojo. (excepto el blanco anteriormente mencionado). Con una predisposición de lisos sobre estampados, sin contar los encajes e incrustaciones de pedrería que la diseñadora utilizó en la misma gama cromática que el diseño.
Y aunque hubo murmullos (eso no siempre es malo) a mi si que me pareció, cuanto menos, original la elección de los tocados en forma de montera, algunos de ellos con borlas en los extremos. Me extrapoló a un mix entre Oriente y Occidente. Un riesgo necesario en nuestra pasarela que, a veces, peca de mediocre.
¿No os parece fantástica la Pasarela Larios? Yo disfruto viendo como cada año se supera en diseños, organización y relevancia. Pronto, estaremos entre las grandes citas de la moda mundiales. Lo presiento… El próximo día: Antonia Galiano
Nos vemos el viernes
Besos, Petra
