La Maison del genio italiano adicto a los rayos uvas lo está haciendo muy bien. Aunque el maestro ya no esté, la pareja de directores creativos Maria Grazia Chiuri y Pier Paolo Piccioli se lo están currando de lo lindo, innovando sin perder de vista los orígenes. Aunque las firmas deben evolucionar y no quedarse estancadas en un estandarte primigenio (que se lo pregunten al Kaiser y su relación enfermiza por el tweed), siempre debe quedar un resquicio reconocible, detalles distintivos que den pie a separarte de la masa.
En este colección, la firma ha dejado a un lado su color distintivo, el rojo Valentino, para dar protagonismo absoluto (salvo algunas excepciones) al negro y al color de la temporada según Pantone: El rosa cuarzo. Una colección sobria, pero con detalles brillantes. Muchas superposiciones en los looks «workers» y cierta inspiración del ballet y lo etéreo en los trajes de noche. Quizás, los cortes no sean lo más original del mundo, pero Valentino sabe imprimir a sus diseños, esos volantes y esos abrigos midi, que tanta fama le dieron en el pasado. Aquí os dejo una pequeña muestra de mis modelos favoritos.
Cómo ahora están presentando todas las firmas sus colecciones para el invierno de este año, yo me estoy pegando un repaso pormenorizado de casi todas para poneros las que, según mi criterio, se merecen estar en el paseo de la fama de la Haute Couture. Las reglas son innovación, sorpresa y savoir faire.
Nos vemos el lunes
Besos, Petra