
LA BESTIA
Aparentaba unos cincuenta años, pero era bastante más joven. El lustre se había ido perdiendo por el camino como quien va dejando que el desorden le invada. Poco a poco su cuerpo y su alma se convirtieron en un síndrome de Diógenes sin intención de ser reclamado por nadie. Siempre que se levantaba después de…