PARIS, JE T’ADORE!
Los españoles solemos dejar el pabellón alto allá donde vamos. Pero creo que en está ocasión nuestra agilidad mental quedo en entredicho, pues pensando que nos volvíamos a la patria, preguntamos al recepcionista hasta que hora nos guardaban la maleta para alejarnos en proporción a la hora estipulada. Y….Oh, la la! Nuestra sorpresa fue mayúscula…