LA MUJER QUE ROMPÍA COSAS
Ella, a veces, rompía cosas. Al principio eran cosas sin importancia, que pasaban desapercibidas. Ese recuerdo de Benidorm que nadie sabía quién había traído o un vaso rallado de duralex, que se estrellaba desde el borde de la mesa, casi sin querer. La afición empezó casi de casualidad. Todas las mañanas, mientras Alicia se bebía…