HORROR EN EL HIPERMERCADO
¡cómo me gustan los ochenta! Y es curioso, porque no es por tirarme ningún farol pero yo en la excelsa década estaba más en época de jugar a las Barbies que de escuchar a McNamara. Pues fíjate tú, vicisitudes de la vida (y de esas rodeada siempre de los mayores y sus historietas) soy friki…