NIÑOS

Mi madre siempre me dice que no tenga más hijos. Y que no me crea que porque se hagan mayores las preocupaciones van a menguar.  – «Hijos criados, duelos redoblados» decía siempre mi madre…- Dice la mía (gracias mamá por tu apoyo moral). Y es que los hijos de uno son el paradigma de la paradoja  maternal: Todo el mundo te dice que no los tengas y sin embargo, todos tenemos. No voy a cantar las alabanzas de ser madre ni a tirar por los suelos el cambio de status social. Es simplemente un cambio en tu vida que, o te adaptas o te hundes en la miseria. Existen métodos anticonceptivos e interruptores del embarazo a cascoporro como para no tener descendencia y está claro que dos no follan si uno no quiere. Más vale eso que hacer un desgraciado de por vida. Ahora, proliferan los post y artículos de madres que han salido del armario a mostrar la cara B de esta aventura. Y mira, me he quedado descansando por lo identificada que me siento a veces. Todavía hay tontos del bote por ahí que mezclan ver la realidad de la situación con el no querer a tus hijos. Se ve que ellos viven en Matrix o algo. ¡Mierda! ¡Sabía que me había equivocado de píldora! Todas esas pequeñas historias hacen que acerquemos a los hombres un poco más a esa extraña e ignota vida femenina. Si, esa en la que algunos (cada vez menos gracias a Dios) piensan en las mujeres como divinidades pseudo perfectas y un poco tontas a las que nunca le salen pelos en la axila o en el bigote, ni saben hablar de política, historia o fútbol (por ir a lo básico). La Realidad de los hijos es esperar las vacaciones como agua de mayo para tu escapada nacional y plantarte en un parque de Teruel para que Pequeño Pony se parta el húmero, operación mediante. Adiós a las vacaciones, adiós a la entrada al cole como estaba planeado, adiós a la Pasarela Larios. Bienvenidas 200 canas más, bienvenidas las noches sin dormir pensando en la fragilidad de la vida, bienvenida la aprensión y el miedo a más fracturas/brechas/puntos…etc., bienvenida a los lavados estilo gato, las bolsas de basura en el brazo que al final terminas mojando, a las peleas conyugales y a llorar por los rincones musitando que no es justo.

Esa es la pura (puta) realidad. Fin de la historia.

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Si os extrañaba la razón de porque no subí post el lunes héte aquí la explicación. Así que aquí andamos, llevando lo que queda de vacaciones como buenamente podemos. Este año no tendréis fotos ni artículos de la edición de la Pasarela Larios. Gajes del oficio…

Nos vemos el lunes

Besos, Petra

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