Esta Navidad (ya que hay que regalar), regala poesía porque…..
- Es la moda millenial
- Leer ayuda en la ortografía (que buena falta nos hace)
- Puedes aprenderte alguna de memoria y recitarla a tu enamorado (quedarás estupendamente)
- Regalar libros siempre es mejor que regalar drogas
- Puedes ponerles música y hacer una canción
- Si el que compráis es mi libro, os lo agradeceré eternamente (es bueno. Juro)
- Y las mil y una razones más que se os ocurran…
Para ir abriendo boca, aquí os dejo con una de mi poemario «Más dura será la caída» a la venta en Luces, Fnac, Proteo y Prometeo y algunas más….También podéis comprarlo en la página de la editorial sin gastos de envío https://www.edicionesenhuida.es/producto/mas-dura-sera-la-caida/ (ese es el enlace que tenéis que cortar y pegar en la barra del buscador)
FE
Mi amor yace en una tranquila tarde.
Bajo el cuerpo viril, un suntuoso atardecer anaranjado.
Pies y manos entrelazados en perfecta armonía.
Mirad como relumbran los tardíos rayos en su brazo tornasolado,
Mirad el bucle olvidado que reposa cándidamente
Ocultando su rostro apacible,
De seguro se deleita con las caricias que aún no ha inventado.
Preludios, interludios, interlunios…
Volando va, miradlo.
A encontrarse quizás con un paisaje de cuento
En el que surcan el cielo violeta, millones de hadas luminosas
Que lo envuelven en un haz de luz.
En un remolino lo llevan al fin hasta el olimpo; hasta el paraíso soñado.
El corazón henchido de felicidad.
Murmullos rumorosos acompañan su respiración,
Mientras su pecho sigue una letanía acompasada.
Parece tener vida propia y me imagino
Que es el lomo de un dragón, presto a vomitar su temible bocanada.
Se oye una canción de primavera.
La cantan los lirios, las piedras, el viento…
Mientras yo con mis dedos voy formando una delicada melodía
En este instrumento creador de palabras.
Quizás esta vez la suerte este de mi lado
Y me acompañe en este angosto camino
Plagado de flores y cardos.
Quizás esta vez Eros no huya despavorido,
Dejándome la tez macilenta y el corazón cansado.
Quedándome en los labios un rictus de triste arlequín,
Enturbiando mis ojos una neblina enfermiza…
Ahora, tengo fe.
Porque tus ojos vierten en mí la candorosa mirada sin tu querer.
Porque tu piel me llama a gritos y yo respondo a su llamada.
Porque unimos nuestras manos y se funden como metal.
Porque compartimos una vez el vino nocturno de los amantes.
Porque nos une un arte más elevado que nosotros mismos
Y al que no podemos eludir aunque queramos…
Ahora, amigos, tengo fe.
No quiero despedirme sin felicitaros Felices Fiestas aunque sea el Grinch y esté deseando que pasen…
Besos, Petra