¡cómo me gustan los ochenta! Y es curioso, porque no es por tirarme ningún farol pero yo en la excelsa década estaba más en época de jugar a las Barbies que de escuchar a McNamara. Pues fíjate tú, vicisitudes de la vida (y de esas rodeada siempre de los mayores y sus historietas) soy friki total de esa los 80 más salvajes, donde se crearon tantas modas y se rompieron tantos esquemas rompiendo con lo establecido y a la vez de una sorprendente ingenuidad que se puede apreciar en perspectiva en su cine y en su «modus operandi» social (el tema de las drogas fue tomado tan a la ligera que causo estragos). Los ochenta, con sus luces y sus sombras, con un choque generacional entre los más jóvenes y los que (realmente) no eran mayores pero llevaban intrínsecamente una manera de hacer las cosas que una generación ávida de romper los esquemas iba a disolver a base de letras ácidas, cine conceptual y las perfomances más disparatadas. Había llegado nuestro momento. Después de una dictadura y una transición…..Llego «La Movida».

¡Hay que ver lo que ensancha una raya horizontal! Me he dicho en el espejo intentando obviar el hecho de que estoy más gorda…

Me parece que los palazzos tienen los días contados para los devoradores de moda. ¿y a quien le importa?

Si sabéis historias y cuentos ochenteros, contádmelos abuelos…..Haré una recopilación para nuestros hijos…
– Top: Pull&Bear
– Palazzo: Easy Wear
– Botines: Ch&Ch
– Pulsera: Zoo
Y vosotros; si pudierais escoger un momento, no digo ya para vivir en él, si no simplemente para echar un vistazo y quedarte un par de meses. ¿Cual elegiríais? Yo quiero tantos y tan diversos que «El Ministerio del Tiempo» se me quedaría pequeño…
Nos vemos el lunes
Besos, Petra