CAPRI

 «Una estación de tren. Sólo se oye una voz incolora por megafonía. Nada más desolador. Se moja la córnea…. Pero ya soy mayor para estos desalientos. Ni siquiera me apetece empezar ese libro nuevo. Vuelve la monótona voz a vejar mis oídos. Que hartura de lo mundano, lo mediocre, la normalidad… Miro el reloj. Aún queda otro cuarto de hora hasta que llegue el tren. Llegan los primeros viajeros y uno se sienta a mi lado. Me molesta. No quiero que este ahí. Al menos han puesto Bunbury….., que queda jodidamente acallado por la puta megafonía. Los viajantes pasan por alto ese pequeño detalle; lo obvian. Pero yo no. El “establishment” está hecho para joderme. Igual que la burocracia y otros tantos monstruos creados por nosotros mismos y que acaban devorándonos como Saturno a sus hijos. Vuelvo a mirar la hora y me percato de que mi compañero de banco está mirando lo que escribo por encima de mi hombro. Eso también me molesta. Los ardores me están matando. Llego a la conclusión en este exacto momento de que deberían al menos canonizarme; si, soy una mártir, una víctima de la sociedad. Y por ello me quejo. Que horrible sería ser vapuleado sin decir ni mu. Prefiero cien veces quejarme. Y además por escrito; que eso le encanta a la burocracia. “LAS QUEJAS SIEMPRE POR ESCRITO”.

Pues, ¡Hala! ¡Ahí lo llevas!»

Los pantalones capri se pusieron de moda porque los llevaban las turistas más estilosas que visitaban la isla italiana antes de que las chanclas playera y los colores flúor espantaran nuestras retinas.

Estrenando pantalones capri y sandalias.

«A train station.  A colorless voice is heard over the PA.  Nothing more bleak.  The cornea gets wet. …  But I’m too old for these discouragements. I do not even want to start this new book.  Come back the monotonous voice to my ears. That fullness of the mundane, the mediocre, normal …  I look at the clock. There is still another fifteen minutes until the train arrives.  I arrive early and travelers they sit next to me.  It bothers me.  I do not want to be there.  At least they put ….. Bunbury, which is silenced by fucking whore PA.  The travelers overlook that little detail; it obviated. But not me.  The «establishment» is made to fuck me. Like many bureaucratic and other monsters created by ourselves like Saturn devouring his children.  I look at the time and I realize that my partner bank is watching what I write over my shoulder.  That also bothers me.  The heartburn is killing me.  I conclude at this exact moment that the world should make me saint at least; Yes, I am a martyr, a victim of society. And why I complain?.  How horrible it would be beaten without saying mu. Prefer hundred times complains. And writing; that loves the bureaucracy. «COMPLAINTS ALWAYS WRITTEN PLEASE.» 
Well, here you are!»

The capri pants became fashionable because wore them the most stylish Italian tourists visited the island before the flip flops  and fluor colors burn our retinas.

Moreno playero.
La transparencia con mesura puede ser sexy pero no conviene abusar.
Con pantalones capri nada de botines al tobillo si no quieres parecer que vas al Rocio…
La pedrería abandona el cuello y baja hasta los pies. Hurra!
Tierra a la vista….

– Camiseta: Zara
– Pantalón: Easy Wear
– Sandalias: Pilar Burgos
– Collar: Formula Joven
– Gafas de sol: H&M

Aún me queda un trabajo ingente con el nuevo blog y la tienda on-line, pero me he dado cuenta que en este mes todoooooo se ralentiiiiizaaaaaa (así con voz a cámara lenta) así que paso de estresarme y por una vez en me dejaré arrastras por la corriente.
Hasta el viernes.

Besos, Petra

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