¿Qué sé de ti? ¿Sabes tú algo de mí? ¿Acaso no me dejaste atrás, cuando me arrastraba la corriente? Y yo sufría……Tan pequeña e indefensa, un tierno retoño en un bosque salvaje. Y con mi razón recién estrenada, pensaba: Creceré. Me alimente durante años de mis propias raíces. ¡Oh…… que ardua tarea! Y los árboles decían: “¡Qué bello es el bosque!” Y yo…