FELICES POR BEMOLES

¿No os parece que huele a chamusquina todo ese positivismo exacerbado? A mi me huele a conductismo barato, para encauzar el ganado hacía donde siempre: trabaja hasta la esclavitud, paga impuestos desorbitados sin rechistar y sobretodo consume, consume, consume… Cuando oigo esa terminología tan de moda en las grandes empresas, tales como: “sinergia de grupo”, “brainstorming” o “cubrir objetivos”, no puedo evitar una arcada mental que amenaza con vomitar toda una serie de improperios dirigidos a esos domadores de vulgo que son las grandes multinacionales.

Es de una necedad sin precedentes, imponer esa falsa felicidad a todas horas, porque para nuestra salud mental, es necesario sentir la ira, la frustración, el aburrimiento o todo a la vez. Pero oye, que hay quien está totalmente integrado en ese sistema de “Pepito, como has conseguido dejarle el culo tan pulido y resplandeciente al concejal de turno (¡joder, si parece que se ha hecho un blanqueamiento anal!) para que recalifique esos terrenos a los que tenía echado el ojo; toma este caramelito, te dejo que le des una chupadita, que ya si eso me como yo todo lo gordo”. ¡Y tan contentos, oye!

Todas esas tazas, pizarritas, camisetas….Con esos eslóganes tan manidos que dan repelús o con esas imposiciones estúpidas; no hacen más que ponerme más de mala leche, si cabe. Es como si tuviéramos que ir por la vida con sobredosis de azúcar y serotonina. ¡Qué pesadez! En el mundo tiene que haber maldad para que haya bondad, igual que tiene que haber oscuridad para poder apreciar la luz. Es simple, es sencillo ¡Es de cajón! No intentemos mantener esa farsa, porque a la larga es ulcera fijo. Es como ese invento de la risoterapia….Vamos a ver, ¿Cómo me voy a reír sin algo que me haga gracia, que me divierta? Y dicen estos gurús: No, es que tú te ríes de mentira, pero tiene los mismos efectos para la salud…. ¿mande?

Ahora hay que canalizar los sentimientos negativos en algo productivo, o pasarlos por no sé qué procedimiento interior o filtros,  para volverlos positivos. Me niego. Quiero ejercer mi derecho a no producir nada. No quiero ser una máquina de reciclaje barata y amaestrada que devuelva amor a quien no lo merezca. No quiero que todo sea tangas y gominolas porque el mundo es un lugar feo y triste a veces, y ese es parte de su encanto. Y sobre todo, me cierro en banda a formar parte de una sociedad que premia a los tontos felices y señala con dedo acusador a los amargados, atormentados, raros o marginados.

Tengo noticias….y de las gordas. Pero todavía no os puedo contar nada. Paciencia…

Besos, Petra

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