Hace poco salto a la palestra (actualidad metafóricamente hablando) una noticia de esas que nadie lee en el periódico porque está prácticamente ocupado por el aburridiiiiiiisimo «juego de la silla» cutre y caprichoso de nuestros queridos lideres políticos. Pero a mi me llamó poderosamente la atención. No por la noticia en sí, si no porque el hilo de mis pensamientos me llevó por unos derroteros interesantes (como siempre pasa con YouTube; que la búsqueda inicial es un tutorial de maquillaje y acabas absorbida por la telekinesis en Bután). Os pongo en antecedentes: Resulta que la diva/cantante/actriz/modelo/etc. Barbra Streisand se ha cogido un rebote, muy digna ella, con Siri. Siri, para los que no lo sepan, es esa voz que te habla desde tu iphone que lo mismo te busca la peluquería canina más cercana, que te recuerda tu aniversario y tus miserias. Bueno, pues resulta que a la pregunta: ¿Cuál ha sido la única vocalista femenina que ha batido records durante seis décadas? Siri respondió que la misma Barbra allí de cuerpo presente, pero resulta que a Siri se le trabó la lengua y puso una «S» de más, por lo cual llamó directamente al director ejecutivo de Apple para subsanar el error imperdonable. Que por cierto, no se a que tanto revuelo cuando ella lleva comiéndose una letra en su nombre durante toda su vida pública.
Y a tenor de la noticia me ha venido a la mente que los apellidos son un mundo aparte. Pueden encumbrarte y pueden arruinarte la vida. Los hay de lo más variopintos (Toro Bravo, Verdugo de Dios o Macho Seco) y que tienen tela. Luego hay que tener cuidado con el nombre que pones y su conjunción con el apellido. Recuerdo que cuando estaba en el instituto, había un chaval que se apellidaba Turbado y sus padres, muy cachondos mentales ellos, no tuvieron otra ocurrencia que ponerle Tomás…. (léase junto). Hay apellidos de colores, adjetivos, lugares, y hasta partes del cuerpo (si no que le pregunten a Armstrong). El mío mismo es de un antepasado bastante ilustre. No, si al final hasta los americanos me tendrán que dar gracias…
¿Teníais vosotros amigos con apellidos curiosos? Contadme, que me puede la vena cotilla.
Nos vemos el jueves.
Besos, Petra.
