«ANALFABESTIAS»

Personas que se jactan de no haber leído un libro en su vida.

 “Ojiplática” me quedé al conocer este hecho recientemente. Nunca me había parado a pensar que, efectivamente, así podía suceder. Que a pesar de los pesares, existen gentes a lo largo y ancho de este mundo que jamás habían sentido el tacto cálido del papel en las yemas de los dedos, el peso de un libro en su regazo o las lágrimas que nublan la mirada y emborronan el texto. La sensación de tristeza y vacío al pasar la última página o la emoción incontenible al abrir la primera. Pero es que yo soy una purista, una romántica (tipo Baudelaire, no tipo Coelho) sin remedio, una “rara avis” pringada. Me cuesta un esfuerzo hercúleo entender este estilo de vida en el que las historias escritas no tienen cabida. ¿Cómo puede alguien no leer un libro en su vida? Si a poco que te despistes dices: ¡Coño, que me he leído un libro sin querer! Da igual la temática, la sintaxis o las erratas. No tiene importancia si es un libreto de ópera, una obra de teatro, poesía, narrativa o 50 sombras de Grey. ¡Leed! ¡Por el amor de Dios, leed! (las etiquetas de los champús o los mensajes de los grupos de Whatsapp mientras haces caca, no cuentan) Introdúcete en el maravilloso mundo de las palabras y a poco que empieces no podrás parar. Leer es importante para no escribir “yebar” en lugar de “llevar”, para ampliar vocabulario, para conocer mundos lejanos, saber para qué sirven los objetos, nuestra historia y la de otros, para mejorar nuestra vida sexual o simple y llanamente sin más afán que el de entretener. Me inunda una profunda tristeza al saber que hay repartidos por el mundo humanos ávidos de que caigan en sus manos libros con que liberarse de yugos, analfabetos que morirán con la pena de no poder dejar su maravilloso e interesante legado y que aquí, en la vetusta e irascible Europa se permita ese desdén, esa grande ofensa de fustigar la ya maltrecha cultura promulgando a los cuatro vientos con sonrisa triunfante: “no señor, yo no he leído un libro en mi vida”. Pensarán que son políticamente incorrectos (a la manera molona) al decir esto. En mi interior es como si sonara un violín desafinado. Como si, de pronto ¡¡Booooom!, una granada explosionara en mi interior dejando un gran vacío. Cierro los ojos, respiro profundamente e intento que todo vuelva a ser perfectamente mundano y mediocre.

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Animo a todo aquellos que tienen una inquietud a que lean. Que lean para emocionarse, para aprender….No hay cosa más bonita que el saber, y encima no ocupa lugar.

Besos, Petra

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