Quiero empezar este post poniendo estos versos que cantara Chavela: «No soy de aquí, ni soy de allá. No tengo edad ni porvenir y ser feliz es mi color de identidad…»
Treinta y nueve años han pasado ya. Con sus días, sus noches, sus largos domingos al sol, sus días tristes y grises y sus horas eufóricas y plenas. Que se dice pronto….Soy de la opinión de que los 40 NO son los nuevos 20. Yo que me acerco peligrosamente a la década maldita del ecuador, ¿Para qué querría volver a los veintena de todas formas? Aaaaaay Petrilla, cuántas cosas guardas en tus baúles. Cuántas cosas bellas y sencillas. La brisa mueve los trigales como acariciándolos con mano trémula mientras Lorenzo se vuelve a casa lentamente por el horizonte después de una jornada inundando de luz los rincones oscuros y ahí, en ese preciso instante reside el misterio de la vida. El que no sabe de amores no sabe lo que es martirio…..
En este día quiero felicitarte el día de tu cumpleaños Petrilla, porque a pesar de nuestras diferencias, te tengo cariño. Llevamos tanto juntas que ya casi somos un solo ser. Porque tienes tus cosas y yo tengo las mías pero al final del día siempre nos acostamos en la misma cama y nos damos calor y buenos pensamientos. Te quiero para poder querer al resto del mundo Petrilla. Porque nos miramos al espejo y nos reímos una de la otra señalando una cana o una arruga. Te odio a veces un poco; como para castigarte, pero no tardo mucho en pedirte perdón. No puedo estar enfadada contigo porque vamos juntas de la mano por el camino. Por eso quiero darte la enhorabuena en este día tan especial y darte (y darme) ánimos para lo que nos resta de vida.
Y si hemos llegado a los 39, habrá que vivir otros 39 mínimo ¿no?
Besos, Petra
