¿Qué? ¿Ya habíais empezado con el cambio de armario? Si es que llega marzo y un día o dos de Lorenzo y os tiráis de cabeza a los top de tirantes (eso si, en los pies unas botas de borrego). Ayyyy, almas de cántaro del extrarradio y arrabales, cuando aprenderéis a vestir consecuentemente. Lo de cambiar el armario está más pasado que el «vaquero láser» ( y no me vayáis a decir que todo vuelve porque por ahí no paso). Hay que tener todo a mano, porque nunca sabes si te va a «tocar» la bonoloto o un magnate del petroleo octogenario que te invite a pasar agosto en una estación de ski de esas «supermegafashion» donde la gente más que a practicar deporte va a lucir palmito recubierto de las mejores marcas y las últimas «moonboots». ¡Y tú con los abrigos de pelo de plástico reciclado guardados en el trastero! Yo, por tener todo a la vista, no tengo ni puerta en mis armarios. He pensado muchas veces en poner una corredera o una cortinilla (oich que dentera) pero nada más de pensarlo me da ansiedad de no ver todo esa amalgama de prendas, bolsos y zapatos como un cuadro impresionista. A veces me paro delante y doy un par de pasos hacía atrás; por aquello de tomar perspectiva. ¡Obnubilada me quedo oye! Cualquier día me aparecen las Caras de Bélmez…
Pues eso niñ@s. La próxima vez que en pleno agosto veáis de refilón el abrigo de Paño gris heredado de la abuela Encarna y os entre la tentación de relegarlo a un rincón oscuro del canapé: pensad en que por el mundo hay un octogenario predestinado para vosotros. Ahora, ya si es un multimillonario con yate y limusina o uno de esos afiliados a la viagra que te arriban la cebolleta en el autobús eso, queridos, es harina de otro costal.
- Camiseta: Easy Wear
- Falda: Lefties
- Zapatos: Flyflor
Bueno chicas, este fin de semana ha sido el salón del comic de Granada y como no podía ser de otra manera, Petra no podía faltar a la cita con su «cosplay» correspondiente. Esta vez Black cat de Marvel. El problema surgió cuando resulta que el día de los disfraces había sido dos semanas atrás. Así que imaginaros el percal. Ya os contaré…
Nos vemos el miércoles
Besos, Petra
