NOUVELLE VAGUE

Mira que yo intento no entrar en la vorágine femenina (que no diré feminista, ni hembrista porque no me da la gana) que, para bien y para mal, azota estos tiempos en los que nos ha tocado vivir.

Resulta que, en Francia, un grupo de 100 literatas, actrices, filósofas y demás intelectuales varias se ha erigido – manifiesto mediante- en baluarte de la libertad, si no plena, que eso ya no existe ni en nuestros sueños húmedos, sí  en la de expresión. Lo que viene siendo decir lo que te sale del chirri, obviando de manera elegante y respetuosa el rasgar de vestiduras de otras corrientes más o menos recalcitrantes (por llamarlo de alguna manera). Y como era de esperar, antes de que pasaran 24 horas ya les habían dado fuerte y flojo. Cuando el ser humano (sin distinción de género) quiere llevar razón a toda costa, no duda en echar mano de todos los recursos insanos, sibilinos y de odio profundo inherentes a la raza. Dicen que la ignorancia es el peor guantazo, pero a veces se abre la disyuntiva de meterse o no, en camisa de once varas. Pues precisamente por eso, me levanto, las aplaudo y me quito el sombrero. Ahí radica lo auténtico, lo de verdad. Sin eslóganes publicitarios para hacer camisetas, sin bloggers con esas camisetas copando los ojos del vulgo sin poder evitarlo y sin marchas con celebridades de manera anecdótica que encabezan manifestaciones durante 100 metros (lo justito, justito para sacar la foto “I was there”). Y por si no fuera suficiente, ha llegado B.B. (la mujer con la diastema más erótica de todos los tiempos) a echar leña al fuego, afirmando que a ella, en su más tierna juventud y comienzos en el esto del faranduleo, no le molestaba de ninguna manera, que un productor salido alabara su cara o su culo indistintamente, tildando a todas estas mujeres que van señalando a sus acosadores de  20 o 30 años atrás, de hipócritas supinas y ansiosas de un minuto de gloria (que todo esto no lo digo yo, conste).

Francia: El país que armó una revolución para guillotinar a sus opresores, el país de “les precieuses” tachadas de “femmes savantes” y que declamaban desde sus camas y en “negliglé”. Auténticas pioneras en romper con el orden establecido e impulsoras de la Fronda. Un país que tuvo un mayo del 68 codo con codo, un país del ir en plan comando porque todos los sujetadores habían ardido en una pira, un país de sobacos peludos y chirris alopécicos…Mínimo, mínimo, se merece el beneficio de la duda, una atención, una lectura más objetiva. No nos pongamos la venda del escarnio y la intolerancia tan pronto, no esgrimamos estandartes tan a la ligera, que todo en la vida no son santos y demonios. Cuando la ofensa se hace o se recibe de manera habitual, cansa; pero de vez en cuando es enriquecedor ofender y ser ofendido. Lo primero porque es liberador y nos ayuda a afrontar nuestras inseguridades y lo segundo porque nos obliga a hacer un ejercicio interior para aclarar porque nos enardece una frase o un parecer. Obliguémonos a cuestionarnos las cosas y buceemos en el mar de la inquietud.

si tenéis la oportunidad de leeros el manifiesto descrito; hacedlo. El saber no ocupa lugar y nos lleva a la verdad…

Besos, Petra

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