EL GUARDIÁN DEL CEMENTERIO

Estamos tan acostumbrados a leer novelas que ocurren en Nueva York, Chicago, la Inglaterra victoriana o la Rusia comunista, que cuando la historia ocurre en nuestro terruño nos invade una sensación extraña, como de mimetizarnos con los personajes y poder transitar por donde ellos y sin hacer trasbordo en aeropuertos internacionales, no. A un billete de bus y, si me apuras a un «camino de San Fernando». Esa extraña y morbosa sensación se acentúa cuando la novela es oscura como las noches sin luna, mezclando de manera magistral el thriller con lo sobrenatural. Personajes a los que les coges un cariño especial y otros que cuanto menos son inquietantes, se dan cita en «El guardián del cementerio», tercera novela de Sergio Calle Llorens. Escritor malagueño enamorado hasta la médula del Mare Nostrum que dota a su ciudad del embrujo necesario para construir una historia bien definida y con un final trepidante.  Secundarios carismáticos y protagonistas que dan el do de pecho, una atmósfera de cielos grises y atardeceres rojos con el mar siempre presente nos acompaña en todo momento para hacer nuestro viaje más sensorial. Y miedo, mucho miedo. Miedo del que te hiela la sangre…

Conclusión: lectura más que recomendable para los amantes del género negro con un punto de terror.

Pasada esta critica y antes de que alguien se me adelante; un apunte: El autor no es familiar mío en ningún grado de consanguinidad ni me ha regalado el libro.

 

 

Pues que guay. Mola esto de ser crítica literaria.  Podéis mandarme vuestros manuscritos o recomendarme lecturas. ¡Qué diver!

Besos, Petra

 

 

 

 

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