FILOSOFANDO

Siguiendo el hilo de un post anterior…

Si reuniéramos a un grupo de personas y les dijéramos que pensaran en un árbol, cada uno pensaría en uno distinto. Un pino, un naranjo, un algarrobo…. Lo mismo pasaría con un coche; todos pensarían en una marca, modelo y color distintos. De lo que se deduce que las personas en conjunto están de acuerdo en que todos son árboles o coches, pero individualmente cada uno matiza a su gusto. El problema viene cuando a ese mismo grupo de personas, se les conmina a pensar en conceptos abstractos tales como la verdad, la felicidad o el amor. Cada uno tendrá clara su definición de los mismos y al igual que un abedul y un manzano ambos son árboles;  el respeto y el terror o la justicia y la muerte, no serán cosas excluyentes entre sí en la distorsión de la realidad de cada uno. Si preguntáramos a un asiático un occidental o un oriental ¿No pensarían todos ellos que en un momento dado es viable hacer uso del terror para conseguir justicia? ¿No es la muerte en sí a veces motivo de tristeza y otras de orgullo? Por lo tanto, en la mente humana pueden darse combinaciones de lo más extrañas sin que por ello sean peores que las tuyas. Solo son verdades alteradas a conveniencia.

Así como lo material siempre es cambiante y maleable, las ideas son inmutables. La idea, no como plan, si no como concepto no se atiene al paso del tiempo ni a elementos que la puedan modificar; permanece inalterable.

La verdad, por ejemplo, es una entelequia, una utopía. Nadie, jamás, sabrá más de lo que sabes tu mismo sobre la verdad. Para que os resulte más gráfico, pensad en la típica imagen del burro con la zanahoria delante para instarlo a caminar. Pues el burro somos nosotros y la zanahoria representa la verdad que nos hace caminar por la vida en su búsqueda constante. El que se crea siempre en posesión de la verdad, es un inculto de primera categoría porque nadie sabrá nunca cual es. Y no me valen arquetipos rancios y prostituidos de ninguna de las religiones, todas ellas con un master, precisamente, de distorsionar realidades. La mezcla o yuxtaposición de la búsqueda de la verdad, más las creencias, más el medio ambiente, nos da como resultado el conocimiento. Ojo, no hablo de la inteligencia o erudición, si no tal y como explicaba más arriba con respecto a las ideas, me refiero al conocimiento como evidencia.

Me gustaría seguir ahondando más en el tema, pero creo que se me está yendo la pinza más de la cuenta para ser martes…

Mi intención no es que tiréis de paracetamol, si no a debatir y dialogar. Conste.

Besos, Petra

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