MANIFIESTO DADA

¿Y no vamos a ningún sitio?

Un pedo lejano. Esa fue la respuesta. Un pedo agrio que salio disparado mientras caminaba hacia el salón con el portátil bajo el brazo dejándome compuesta y con novio.

Como explicar la sensación solo con palabras o letras encadenadas. Sería una descripción más que absurda, sería algo así como intentar dibujar un árbol sin el color verde. Podríamos decir que es impresionista, neo-realista o un nuevo concepto de la pintura moderna. ¡Bah! Como diría Dickens: ¡Paparruchas!

Y lo peor de todo es que sigo perdiendo el tiempo, sigo tecleando cosas sin sentido mientras el sentimiento de culpabilidad corroe mis entrañas, sin que quiera evitarlo, igual que un polvo violento.

Me ladeo un poco en la silla, y en respuesta a la afrenta “ventosa” contesto con uno seco y contundente, como una bofetada limpia con el dorso de la mano.

Silencio……

Afortunadamente, la cosa se calma. Si no, podría derivar en una discusión interminable y podría llegar la mierda al río. (Y eso es muy antiecológico)

Suposiciones, hipótesis, profecías, augurios… Desde que “all is relative” el mundo es un caos, un enjambre lleno (sobre todo) de obreros sin reina madre.

Canalización, canalización. He ahí el kid de la cuestión. Pero… ¿Y si no es un canal precisamente por el que nos deslizamos tan alegremente? ¿Y si es una alcantarilla por la que desembocamos otra vez a la porquería? Preguntas eternas con un montón de respuestas posibles.

Las tripas de uno son insondables.

Monday morning…..No digo más.

Besos, Petra

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