ALEGATO FEMINISTA II

Continuo con el extracto del post anterior:

«(…) Cuanto más, que habéis de considerar que yo no escogí la hermosura que tengo, que, tal cual es, el cielo me la dio de gracia, sin yo pedilla ni escogella. Y, así como la víbora no merece ser culpada por la ponzoña que tiene, puesto que con ella mata, por habérsela dado naturaleza, tampoco yo merezco ser reprehendida por ser hermosa; que la hermosura en la mujer honesta es como el fuego apartado o como la espada aguda, que ni él quema ni ella corta a quien a ellos no se acerca. La honra y las virtudes son adornos del alma, sin las cuales el cuerpo, aunque lo sea, no debe de parecer hermoso. Pues si la honestidad es una de las virtudes que al cuerpo y alma más adornan y hermosean, ¿Por qué la ha de perder la que es amada por hermosa, por corresponder a la intención de aquel que, por solo su gusto, con todas sus fuerzas e industrias procura que la pierda? Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos. Los árboles destas montañas son mi compañía, las claras aguas destos arroyos mis espejos; con los árboles y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. Fue soy apartado y espada puesta lejos. A los que he enamorado con la vista he desengañado con las palabras. Y si los deseos se sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna a Grisóstomo ni a otro alguno, en fin,  de ninguno dellos, bien se puede decir que antes le mató su porfía que mi crueldad. Y si se me hace cargo que eran honestos sus pensamientos, y que por esto estaba obligada a corresponder a ellos, digo que cuando en ese mismo lugar donde ahora se cava su sepultura me descubrió la bondad de su intención, le dije yo que la mía era vivir en perpetua soledad, y de que sola la tierra gozase del fruto de mi recogimiento y los despojos de mi hermosura; y si él, con todo este desengaño, quiso porfiar contra la esperanza y navegar contra el viento, ¿qué mucho que se anegase en la mitad del golfo de su destino? (…)»

CAPÍTULO XIV

DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Miguel de Cervantes

 

Y es que, desde siempre el hombre ha tenido plena conciencia y seguridad en escoger si quería ser un ermitaño o un casanova, un caballero o un pícaro, etc, sin que nunca se le cuestionaran sus desacertadas (a veces grandes cagadas) decisiones, si acaso por otros congéneres del mismo sexo. Y todo eso está muy bien. Es estupendo. Es como debe ser. Peeeerooo….mientras toda esta historia de la humanidad se sucedía, la  mujer era ese «ente» que andaba por ahí, sin hacer ruido, pero con sus sueños y sus aspiraciones, estudiando la vida por observancia, sin señalarse más de la cuenta y concentrada en un monólogo interior. Sus inquietudes no interesaban a nadie, ni era dueña de sus elecciones, si no que se dejaba arrastrar por una sociedad que la relegaba a un mero instrumento, un fin que justificaba los medios, y ojo, que no digo yo que la mujer haya sido infeliz desde los albores de la humanidad, no. Ella ha sido inmensamente feliz, porque aunque no pudiera utilizar las palabras, siempre le quedaban los ojos, las manos, la mente…Pero a veces se nos olvida que esto no es una lucha, no es una venganza ni se trata de derribar tu bandera para colocar la mía; En el fondo (y también en la superficie) se trata más de perdonar, porque en el perdón está la clave. De perdonar y de elegir. Elegir por encima de todo y de todos. Habrá quien crea que no eres digna, que no entiendan, que pisoteen….Sigue adelante, porque la elección es solo tuya y cuando el consejo se convierte en imposición….Ya no mola tanto.

Un pequeño recordatorio a esa gran mujer, extraña diva y reflejo de una época que ha sido Bimba Bosé y que nos ha dejado esta mañana después de dos largos años de lucha contra el cáncer. D.E.P.

Besos, Petra

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